Momentos antes de la largada del maratón de Buenos Aires, y desde la carpa reservadas a los atletas de Elite, los visitantes africanos seguían – con sus celulares y a través de las redes- la asombrosa hazaña de la etíope Tigist Assefa en Berlin, donde pulverizó el récord del mundo con 2:11:53. Y a las 7.00 de nuestro país, cuando el gran Frank Shorter –campeón olímpico de Munich 72- dio la señal de largada a los 12 mil participantes del maratón de nuestra Ciudad, aquellos mismos africanos salieron con renovado ímpetu en búsqueda de la victoria. Entre las damas volvió a brillar la keniata Rodah Jepkorir Tanui quien, después de luchar con sus compatriotas Sharon Jemutai Cherop y Pamela Jepkosgei Rotich, conquistó por tercera vez esta carrera y lo hizo como ambicionaba: mejorando su récord del circuito en 2:24:52.
“Me siento muy a gusto en correr en Buenos Aires, el circuito es excelente, veloz. Y la gente es muy cálida con nosotros, nos da un gran apoyo. Cada vez que me inviten y puedan, estaré disponible, soy feliz aquí”, dijo Rodah, quien durante esta temporada ya había ganado otros dos maratones en Sidney y Copenhague, donde consiguió su mejor marca personal de 2:23:14. “Aquí estuve cerca, aunque el viento en contra durante muchos kilómetros nos impidió ir más rápido”, comentó.
Rodah tiene 32 años, proviene de Eldoret, una de las “mecas” del atletismo keniata, la mayor potencia de las pruebas de fondo a nivel mundial. Y ella retornó a las competencias en la pasada temporada, tras su maternidad.
Hasta ahora, la única que había ganado tres ediciones femeninas del Maratón de Buenos Aires era Sandra Torres Alvarez, argentina y olímpica, quien lo hizo en 2001, 2004 y 2008.